Brenda Sandoval, tenía 25 años y cursaba un embarazo de seis meses cuando fue acribillada de al menos seis balazos el sábado 9 de dicedmbre de 2023 en horas de la noche en su casa de Vilcapugio al 600.
A poco de cumplirse un año de su crimen, su familia no tiene respuestas de los autores del hecho. No hay detenidos en la causa. Sergio, el papá de Brenda, señaló a Pregón que han ido una gran cantidad de veces a la Fiscalía para dialogar con la Fiscal Natalia Benvenutto pero no han tenido éxito. El secretario de la Fiscal siempre nos atiende, la chica que está de recepcionista adelante y nos dice siempre lo mismo, que cuando tengan novedades nos van a avisar, ya hace un año, no tenemos nada, nada, nada. Estamos reclamando también por un teléfono que se llevaron de acá de casa, saben que están ahí, dicen que están los peritos, ya hace un año, a la Fiscal la conozco una sola vez porque me tomó la denuncia el 12 o el 13 de Diciembre después nunca más la vi a la Fiscal y nunca hablé con el secretario, tampoco”, expresó Sergio Sandoval, padre de Brenda.
Sergio, contó a este medio que no cuentan con abogado porque él sufrió un accidente laboral donde quedó discapacitado en un 90% de una mano y gana muy poco dinero y agregó que realizarán una marcha cuiando se cumpla un año de su muerte frente a la Fiscalía.
Sobre la noche del ataque, Sergio relató que un vecino, dijo que eran tres personas y que se metió para adentro de la vivienda, pero que vio que eran tres hombres, que se bajaron de una Eco Sport Roja que luego entraron a la casa y uno quedó afuera. La Eco Sport Roja apareció en la YPF ubicada sobre Ruta A012 pero sin ocupantes.
“Y en la YPF hay cámaras, adentro, a la salida y en la plaza. Sí, por lo cual eso tendría que estar ya. Sí, eso tendría que estar en el primer día” reclamó Sergio.
La Familia cree que esos disparos eran para otra persona que vivía allí anteriormente; “Yo cuando compré esta casa, yo no recuerdo si fue del 2020 o del 2021. Cuando yo compré esta casa, al tiempo me caía la policía, me caía la policía buscándolo, sé que lo buscaban,, que había situaciones que un hombre tenía que presentar. En junio, julio o agosto de ese mismo año, yo estaba trabajando en Buenos Aires, me llaman mi señora, que habían hecho un allanamiento, que buscaban armas. En esta casa, a mi casa me la allanaron, las tres casas que tengo, me las allanaron a las tres casas, donde buscaban a un Corvalán”, recordó el hombre
“Que antes vivían acá. Vieron, (la policía) hicieron un informe, llamaron que acá no se encontraba la persona, que habían cambiado de gente, que había otros dueños, otros propietarios”, agregó que también buscaban a la mujer de Corvalán que vivía a unas tres om cuatro casas, pero que después no la vio más.
“La seguimos luchando, a pesar de todo”, contó.
La noche del crimen
Esa noche del s{abado 9 de diciembre de 2023, el ataque los tomó desprevenidos pasadas las 21 del sábado. Brenda estaba preparando la cena y Franco Moreira se encontraba en el fondo de la propiedad, donde vive su papá, cocinando un pollo al disco, cuando escuchó las detonaciones.
Cuando se oyeron las detonaciones, la familia pensó que se trataba de hinchas de Rosario Central por el partido con River Plate por la Copa de la Liga Profesional del fútbol argentino. Pero eran disparos.El primero en llegar a donde estaba la víctima fue su hijo de cuatro años, que estaba jugando en el patio. De hecho, fue testigo de los últimos disparos que realizaron los atacantes, pero con su inocencia describió: “Nos dijo que vio fuegos artificiales”. “Él fue el primero en ver a su mamá, estaba llena de sangre”, apuntó Moreira.
“Los asesinos no dijeron una sola palabra y no se llevaron absolutamente nada de su vivienda. “Solo fueron a matar”, afirmó Moreira. Franco entró a su casa por la puerta de atrás. “Vi un humo terrible, pensé que había explotado algo ahí o que se quemaron los cables”, señaló.
Su mujer estaba agonizando. Había recibido al menos seis balazos en el pecho. “La vimos en un rincón a ella tirada, llena de sangre”
“Por favor, ayudame que me muero, no puedo respirar“, le rogó la embarazada a su pareja. “Como la vimos que se desangraba, la cargué en la chata y la llevamos al hospital de San Lorenzo. Yo manejaba y el primo tapaba las heridas con un trapo”, agregó Franco.
La joven embarazada, que esperaba para fines de febrero o principios de marzo a su primera hija con Franco, fue trasladada por sus propios familiares al Hospital de Granaderos a Caballo de San Lorenzo con al menos seis heridas de arma de fuego en la zona del pecho y heridas de arma blanca en el abdomen, una pierna, la cara, el cuero cabelludo y un brazo. Pero no sobrevivió el trayecto. La víctima era futbolista en el Club Remedios de Escalada y del equipo femenino de F7 de San Lorenzo
.La Agencia de Investigación Criminal recogió al menos 25 vainas de distinto calibre; 9 mm y 40 mm
Así quedó la casa de Brenda tras los disparos
El testimonio de los vecinos ayudó también a reconstruir cómo fue el accionar de los delincuentes. “Uno abrió las rejas, entró y se ocultó detrás de la puerta de entrada, y el otro golpeó con las manos”, contó a este medio el esposo de la mujer asesinada. Y completó: “Cuando ella abre le disparan a quemarropa los dos”.
“A cualquiera que abriera la puerta iban a matar”, sostuvo con impotencia el hombre, convencido de que ellos no eran el verdadero objetivo de los sicarios. “Somos personas trabajadoras, no tenemos problemas con nadie”, subrayó.
Fuentes de la investigación del crimen, señalaron a Pregón que se siguen descartando líneas investigativas, a la espera de unas últimas pericias y a la espera de un informe de investigación que realizó la PDI, pero que al momento no hay personas detenidas.
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