Después de un 2023 desafiante, la agricultura en Argentina está viendo un cambio positivo con un incremento en la necesidad de fertilizantes. Este aumento señala un mayor uso de tecnología en el campo, lo que podría llevar a prácticas agrícolas más sostenibles.

Roberto Rotondaro, presidente de la asociación Fertilizar, destacó esta tendencia alentadora, resaltando la importancia de tener las condiciones adecuadas de producción para promover prácticas agrícolas responsables.

Durante los últimos seis años, el consumo de fertilizantes en Argentina ha superado las 4 millones de toneladas, mostrando una tendencia ascendente. Aunque hubo una pequeña disminución del 4% en 2023, el sector está optimista, especialmente después de una caída más pronunciada del 16% en 2022.

Varios factores contribuyeron a esta disminución en el consumo de fertilizantes el año pasado. Condiciones climáticas adversas, como una sequía prolongada, afectaron la humedad del suelo y retrasaron la fertilización de cultivos clave, como el trigo y el maíz. Además, los precios internacionales más altos y las medidas fiscales locales aumentaron los costos internos de los productos.

A pesar de algunos problemas en la importación de fertilizantes debido a la baja demanda, no se observaron impactos significativos en el sector.

Las perspectivas para la próxima temporada agrícola 2024-25 son prometedoras, según la asociación Fertilizar. Se destaca un mayor uso de tecnología, lo que podría impulsar la consolidación y el crecimiento del sector.

A pesar de los desafíos, el optimismo persiste en el sector agrícola argentino, respaldado por mejoras en las condiciones climáticas y un compromiso continuo con la innovación y la sostenibilidad.

«Tenemos mucho trabajo por delante. Si las condiciones mejoran, y todo indica que así será, no hay límites para cerrar la brecha en la productividad y alcanzar el máximo potencial de los cultivos. Estamos llenos de optimismo», concluyó Rotondaro.