Casi todos lo hemos intentado alguna una vez, pero solo unos pocos lo han conseguido.

En 1974 vio la luz uno de los “juguetes” más famosos del mundo: el cubo de Rubik, gracias al húngaro Erno Rubik. Este escultor, arquitecto y diseñador, creó el cubo como una herramienta para que sus alumnos universitarios entendieran mejor los conceptos del espacio y la geometría tridimensional. Lo que probablemente nunca imaginó, es el alcance mundial que este objeto ha logrado a lo largo de la historia.

Debido a las divisiones entre Europa Occidental y Europa Oriental durante el periodo de la Guerra Fría, era muy difícil que el juguete se conociera fuera de Budapest, ciudad natal de Erno Rubik. No fue hasta los 80 cuando llegó hasta Occidente, convirtiéndose así en un icono de esos años. Lo más curioso es que hasta para el propio inventor, este juego no era fácil de resolver, ya que tienen más de 43 trillones de posibles combinaciones. Por eso, en un principio, recibió el nombre de “el cubo mágico”.

El juguete más vendido del mundo con 450 millones de unidades

Desde su creación se han vendido más de 450 millones de unidades de cubos de Rubik, situándolo en el puesto número 1 del juguete más vendido de la historia.

Y, ese no es el único récord que ostenta, ya que en la historia de este pequeño cubo de colores se ha ido desencadenado uno tras otro, por ejemplo, el más alto mide más de 2,5 metros y el más pequeño apenas lleva a los 10 milímetros de ancho. En cuanto a precios, existe un cubo de Rubik totalmente funcional, hecho de oro, rubíes, esmeraldas, zafiros y diamantes blancos que cuesta 2,5 millones de dólares.

En definitiva, desde su expansión en los años 80, la fiebre desatada por el Cubo de Rubik no ha parado de crecer, incluso científicos como la ingeniera checa Jessica Fridrich han creado métodos para su solución. Destacando el famoso método Fridrich, es el más popular para resolver este rompecabezas tridimensional rápidamente.