“El Presidente está mintiendo, consciente e intencionadamente, para desprestigiar una de las cosas buenas que tiene el país”. La frase la pronunció el rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Franco Bartolacci, en respuesta a un tuit en el que Javier Milei hizo mal los cálculos e interpretó que la casa de estudios local tiene ocho empleados por cada alumno.
El jefe del Estado, que suele criticar a políticos y “econochantas” porque “no saben ni sumar”, tuvo que disculparse luego por su mala cuenta, que surgió de un dato que el propio rector Bartolacci hizo público en una entrevista: la UNR tiene 85 mil estudiantes de grado y 10.500 empleados. En rigor, la cantidad de alumnos total es mayor, superior a los cien mil si se suman los de los posgrados y los de las siete escuelas preuniversitarias. Y las prestaciones de la casa de estudios no se limita a ello: hay comedores, residencias universitarias, hospitales escuelas e institutos de investigación, entre otras
“¿Ocho empleados por cada alumno? Se los dejo para pensar”, escribió el presidente tuitero, que un rato después tuvo que pedir perdón por su mal cálculo.
«Perdón por el error»: Milei cuestionó la cantidad de empleados de la UNR, pero con un mal cálculo que luego corrigió
Entrevistado en el programa Radiópolis, de Radio 2, Bartolacci respondió al tuit y también al discurso de este miércoles en el que Milei adjudicó el reclamo universitario por mayor presupuesto a “los zurdos de mierda”.
“Es impropio de un presidente de la Nación; espero mucho más del Presidente y de mi país. Es insólito, injusto, que todo el tiempo esté hostigando a la universidad y a la ciencia para justificar el desfinanciamiento del sistema, que es su verdadera intención”, sostuvo el rector.
Que además explicó que la UNR informa de manera permanente la cantidad y la situación de sus empleados, algo que “el secretario de Educación de la Nación puede ver desde su despacho, haciendo «enter» en una computadora”.
Bartolacci dijo estar preocupado por lo que “el Presidente está generando en la sociedad: no se construye un país a los gritos; se construye mejor si se escucha al que piensa diferente”.
En esa línea, lamentó que Milei “esté tuiteando, mintiendo consciente e intencionadamente para desprestigiar una de las cosas buenas que tiene el país. Tenemos una institución con una legitimidad social única. En vez de fortalecerla, jerarquizarla, lo que hacemos es socavarla; es realmente increíble”.
El rector dijo que él “más que nadie” entiende que el presupuesto universitario se compone de “recursos públicos que hay que administrar bien”. Y agregó que “no tiene que venir un presidente” a decírselo. En ese marco, resaltó que cuando asumió la UNR tenía 520 cargos de gestión y hoy son 235, a pesar de que se sumaron cuatro escuelas universitarias y diez carreras que agregaron 20 mil estudiantes de grado.
Consultado sobre cómo seguirá el reclamo de mayores recursos para las universidades luego de que el veto presidencial a la ley de financiamiento fuera ratificado por un tercio de diputados en el Congreso, sostuvo que más allá de la derrota legislativa lo que pasó en las últimas semanas fue “un paso adelante para el sistema universitario argentino”.
“No hubiésemos tenido noticias de la situación salarial sino hubiera sido por la manifestación en las calles y la sesión legislativa”, dijo. Pero además, consideró que los 160 diputados que votaron por el rechazo al veto presidencial, sientan bases sustancialmente diferentes para discutir el presupuesto 2025 enviado por el Ejecutivo, que contempla para las universidades recursos que apenas superan la mitad de lo que pidieron los rectores.
“Si no logramos modificaciones razonables en el presupuesto 2025 vamos a tener dificultades mayores”, advirtió.
Por otra parte, descartó impulsar cualquier tipo de cuestionamiento o sanción contra diputados que votaron por el veto y son a la vez docentes de la universidad, como el caso de Germana Figueroa Casas (PRO). “Es inexplicable que gente que se formó en la universidad pública tome decisiones que niegan para futuras generaciones el derecho que ellos tuvieron. Pero la universidad tiene la obligación de demostrar que se puede ser mejor y hacer las cosas de otra manera. Siempre quiero que la universidad esté por encima de esa vara. Nunca voy a contribuir a decisiones que nos pongan en el mismo lugar de lo que criticamos”.
Fuente Rosario 3
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