Las agencias de turismo han estado evaluando las posibilidades disponibles para este verano abrasador, que de cierta manera influye en la temporada. Estas indican que, aunque se han observado modificaciones en los destinos elegidos, en la duración de los viajes y en las preferencias de alojamiento, el impulso de viajar sigue siendo una necesidad persistente y constante para los argentinos.

En este nuevo panorama, han surgido nuevas opciones para viajar, pero el Caribe y Brasil siguen siendo los destinos más demandados. La mayoría de los turistas argentinos optan por destinos como Río de Janeiro, Búzios, Salvador, Praia do Forte, Imbassai y Natal. Por otro lado, en el Caribe, Punta Cana (República Dominicana) es el destino más popular entre los argentinos, seguido por Costa Mujeres en México, y en tercer lugar, Cuba, que también atrae a una gran cantidad de pasajeros en esta época del año.

Por otro lado, a pesar de que destinos del sudeste asiático o del Medio Oriente están en su temporada alta en este momento, el conflicto bélico actúa como un factor disuasivo para lugares como Israel, Jordania y Egipto, que normalmente reciben un flujo significativo de turistas en enero y febrero.

En el Caribe, están surgiendo opciones menos convencionales, como Aruba, Curazao, Barbados y Belice, aunque con un menor número de pasajeros, pero con un crecimiento constante. Además, en esta época del año, hay un flujo considerable de turistas hacia Estados Unidos, que continúa incluso después de Semana Santa.

A pesar de los desafíos económicos del país, las agencias de turismo señalan que los argentinos no renuncian a viajar, ya que siempre consideran el viaje como una experiencia enriquecedora. Puede que no lo hagan en enero, pero lo harán en marzo o agosto; anteriormente podían ser viajes de 15 días, ahora pueden ser de 7; antes elegían el Caribe, ahora Brasil, o incluso el turismo nacional.

Es importante destacar el papel fundamental que desempeñan las agencias de viajes, ya que están capacitadas para encontrar la mejor oferta para el pasajero y para comprender realmente lo que este busca en cuanto a destino y servicios. A pesar de vivir en la era de la tecnología y las compras por internet, las páginas web no pueden interpretar las necesidades del cliente de la misma manera que un agente de viajes humano, que puede proporcionar asesoramiento personalizado y entender las preferencias individuales del cliente.