El DT de la Selección fue recibido por más de la mitad de los habitantes del pueblo y el intendente le hizo una promesa que hizo feliz a todos sus ciudadanos.

Pujato tiene 12 cuadras por ocho. Y unos 4000 habitantes que se saludan con nombre y apellido. Un pueblo de campo por naturaleza, rodeado de sembradíos de maíz, soja y trigo. Claro, no fueron los 5 millones de argentinos que inundaron Buenos Aires y sus alrededores… pero proporcionalmente eran más los habitantes de Pujato que cerca de las 19 caminaron las cuadras que los separaban hasta la plaza principal para homenajear a su hijo predilecto: Lionel Scaloni. Más de 2000 vecinos estuvieron presentes, alrededor del 50% de la población, aunque claro, hubo gente de Rosario (queda a sólo 40 kilómetros) y de pueblos vecinos. Parece mucho y no es poco..

Y hasta allí fueron: los amigos de Scaloni, los ex compañeros y compañeras de de colegio de Scaloni, la directora del colegio de Scaloni y la familia de Scaloni, claro, porque ahí viven sus padres, su hermano Mauro y su hermana Corina, además de tíos, primos y el resto de la parantela.

“Que de la mano, de Scaloni, todos la vuelta vamos a dar”, canta la locutora y el resto se suma. Hay huellas del aporte de Lionel, a quien todos sus vecinos le reconocen pertenencia, más allá de haberse ido de pibe a probar suerte con el fútbol. “Te lo cruzás en cualquier esquina y te saluda como siempre, es todo humildad”, dijo una joven señora que lo conoce de purrete. En el club Matienzo, donde Scaloni se formó, utilizaron el dinero que cobraron por los derechos de formación para ampliar las instalaciones y hacer reformas.

La emoción, entonces, fue un sentimiento cruzado, compartido, entre los que estaban arriba y abajo del escenario, un homenaje de dos vías, porque Scaloni no fue sólo a su pueblo a recibir. Fue a dar, a agradecer, a devolver algo de todo lo que le dieron para llegar donde llegó.

Finalmente, dos minutos antes de las 19.30, un Scaloni con ojos húmedos subió al escenario y recibió la enorme ovación de su gente. Con el jefe comunal y al grito de “dale campeón”, la emoción le dio paso a la alegría.

Se fundió en un abrazo con Chichita, una de sus maestras de la Primaria, con el aplauso de todos. “Hacé una estatua la p…”, le gritó la gente al intendente, que al menos le prometió una calle con su nombre… “Lo veo ahora y es un señor, pero cuando tenía 11 años le gustaba hacer travesuras”, dijo Chichita, de 82 años, con la mirada cómplice de Lionel. “Te quiero con todo mi corazón”, cerró y ahí Scaloni no pudo contener las lágrimas.

Las palabras de Scaloni para sus vecinos de Pujato

Después de recibir una plaqueta del municipio, el DT tomó la palabra. “Yo pensé que me había llorado todo, pero todavía me quedan emociones. Cuando llegué y veía gente que veía de chiquito, saludándome, me venían cosas en la cabeza que había vivido en mi infancia y esto es emocionante. Veo gente de Pujato y de toda la región y este es el triunfo de todos. Por eso quiero recalcar eso. No fue ni de un club ni de otro, fue el triunfo de un país. Esta Selección jugaba por y para la gente, no veo otra cosa en este equipo que es jugar para la gente. Es gratificante y emocionante”, dijo mientas interrumpían sus palabras con gritos de aliento y el “muchas gracias Scaloni”, de fondo. “Quiero agradacerle a la gente de mi pueblo, por lo que hicieron por mí y por mi familia. Me hubiera encantado con el colectivo haber pasado por toda la Argentina, porque todos lo merecen. Lo que se vivió ayer (martes) y estos días lo vamos a llevar para siempre en nuestro recuerdo. Es un momento imborrable de nuestras vidas. Ahora nos damos cuenta un poco más de todo lo que se vivió. Sin mi familia no hubiera llegado a donde llegué”, cerró, antes de avisarles a los pibes que lo esperaban que “les voy a firmar a todos las camisetas”.

Una emotiva anécdota con su papá

Por último, Scaloni dio una conferencia de prensa y se emocionó, como lo hizo al festejar el título, con su papá, que en los últimos tiempos sufrió algunos problemas de salud que le impidieron viajar a Qatar. “Él es el hincha número 1, nació para el fútbol, fue mi primer entrenador. Hoy pude estar con él y disfrutamos. Ya desde hace un mes hacía que levantaba la Copa con el único brazo que puede mover y yo le decía que se dejara de joder, estaba confiado, yo soy más de partido a partido”, contó. Y se refirió a la movilización histórica del martes. “Al final todo se dio bastante bien. Fue una pena que no pudiéramos llegar con el micro para que todos nos puedan saludar. Pero fue hermoso todo lo que vivimos”, dijo, antes de perderse por su pueblo, con una calle que llevará su nombre, como también lo tendrá el predio del club Matienzo, donde empezó a competir el DT campeón del mundo.

Con información de Olé