Hay vínculos inquebrantables que trascienden la muerte como la historia de “Michi”, un gato que vivió 16 años junto a su dueña que lo amó tanto, que cuando el animalito murió, la señora lo colocó en un féretro de tamaño chico con su collar y lo dejó en su vivienda de calle General López al 1000 de San Lorenzo.
Michi nació el 19 de diciembre de 1983, y vivió dieciséis años con su propietaria, hasta que murió el 25 de febrero de 1999. El dolor de la pérdida de su compañero, llevó a la mujer a colocarlo en el pequeño ataúd; durante veintidós años, hasta que la señora murió la semana pasada.
La mujer hubiese deseado que los enterraran juntos, debido al especial vínculo que mantenían, pero los familiares de la mujer, fueron a la casa y en un operativo de limpiaza arrojaron elementos y objetos que habían sido de la abuela, incluido el féretro.
Esta mañana, una vecina que trabaja en una lavandería ubicada en la cuadra, fue a arrojar basura al contenedor y se encontró con el macabro hallazgo. Pensó que podría tratarse de restos óseos de un niño y llamó al Comando Radioeléctrico quien arribó al lugar y retiró el ataúd.
La incertidumbre era tan grande, que se convocó al Equipo Argentino de Antropología Forense, quien tiene a Juan Nóbile como integrante y que reveló el misterio. Encontró restos óseos de un gatito junto a pelos y un collarcito de Michi.
“Tenían un vínculo muy especial, hay gente que no entiende esto, deberían haberlo colocado junto al ataúd de la mujer”, sostuvo una vecina.
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