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«Paula era una mujer sola en su padecimiento, asustada y presionada por su amante secreto que la llevaba a elegir la interrupción de su embarazo de manera clandestina»

Los jueces argumentaron sobre la violencia de género que sufría Paula Perassi por parte de Gabriel Strumia quien no quería que el embarazo continuara porque sería pública su relación extramatrimonial, como un punto clave para el análisis del fallo y la condena al matrimonio.

En el último día hábil del mes y antes de la feria judicial llegó el fallo que confirmó las condenas de 17 años para Gabriel Strumia y 6 años y 6 meses para su esposa Roxana Michl por la privación ilegal de la libertad de Paula Perassi agravada por tratarse la víctima de mujer embarazada. Ambas de condición efectiva, por lo que el matrimonio que había llegado en libertad a esta instancia, quedó detenido tras la resolución.

Por unanimidad, los jueces Bibiana Alonso, Gabriela Sansó y Juan José Mascali ratificaron las condenas de Strumia y Michl que habían sido dictaminadas por la Cámara de Apelaciones el 28 de noviembre de 2019 , por el tribunal compuesto por los Dres. Alfredo Gustavo Salvador, Carolina Hernández y Javier Beltramone ( este último en disidencia) mientras que absolvieron a cinco policías y dos civiles. A diferencia de éste, a Roxana Michl le redujeron la condena seis meses y la prisión fue de condición efectiva.

En los fundamentos del fallo, la jueza Bibiana Alonso analizó en varios ejes, las quejas presentadas por la defensa de los acusados: en primer lugar, la cuestión de género donde la defensa señaló que la parte acusadora no la introdujo en el debate. Al respecto, la magistrada señaló: «Es que el fenómeno social de la llamada violencia de género, tan visualizado a partir de distintas acciones sociales concretas, difícilmente encuentre en el ámbito del derecho positivo (penal y procesalmente hablando) las herramientas necesarias para paliar el daño que importa, que no necesariamente encuentra su patrón más grave en su versión física, pues el golpe a la subjetividad es el peor de todos, no deja marcas visibles y permanece mucho más tiempo«.

La magistrada coloca a Paula Perassi en esa situación de desigualdad donde es víctima de violencia de género por su amante Gabriel Strumia. Al respecto, Alonso expresa: «Paula era una mujer sola en su padecimiento (por eso sólo hablaba con un desconocido como Freijomil), asustada por lo que podía pasar y presionada por la superioridad masculina de su amante secreto que la llevaba a elegir la interrupción de su embarazo de manera clandestina. Paula Perassi estaba sola, embarazada, enamorada y llena de dudas y miedos en el marco de una relación prohibida y secreta por el simple hecho de que su amante era casado. Todos los pormenores de la violencia de acuerdo a la definición de la Ley Nacional de Género se dan».

Fueron importantes las pruebas que ofrecieron la fiscalía y la querella acerca de la violencia ejercida por Gabriel Strumia sobre Paula Perassi que incluyeron chats de facebook con José Luis Freijomil, un amigo del empresario que conoció Paula a través de la red social y que conversaban a diario. La mujer le contaba todos sus miedos y dudas sobre la relación clandestina con Strumia, pero también la adrenalina y la felicidad que el hombre le provocaba; hasta que llegó el embarazo que provocó un sin fin de sentimientos encontrados en Paula: «Este tribunal dará plena credibilidad, primero porque las mismas fueron espontáneas, sin la sospecha de que alguien pudiera leerlas y evaluarlas, a su vez fueron apoyadas por otros elementos objetivos y lo que es más aún, no pudieron ser contrarrestadas por los intentos infructuosos de la defensa y los imputados quienes nunca aportaron ningún argumento válido y solvente como para restarles credibilidad», aseguró el fallo.

El crimen sin cuerpo

Otro de los ejes en los que se analizó el caso de Paula Perassi es la hipótesis del crimen sin cuerpo, en el cual nueve años después de su desaparición aquel 18 de septiembre de 2011, no ha habido indicios de ella, lo que hace suponer que Paula está muerta y bajo ningún concepto que haya cometido suicidio o se haya ido por sus propios medios. Sobre esto, la jueza Alonso indica: «Nada parece haber quedado del tránsito por esta vida de Paula Perassi. Ello es la prueba contundente del éxito de la empresa criminal, tal como veremos existió y tuvo ese cometido, pues ninguna prueba ha quedado, ni habrá de su tangibilidad física, o de su suerte posterior a la salida de su casa en aquella noche del 18/9/2011».

La empresa criminal, a lo que la jueza refiere, es a esta » estructura desaparecedora» planteada por el antropólogo Juan Nóbile, miembro del Equipo de Antropología Forense, durante el juicio oral y traída por la fiscalía y la querella, donde aseguran que para que un cuerpo desaparezca en democracia, debe haber más de un implicado, sino de varias personas que aseguren la impunidad de un crimen, éstas pueden ser policiales, judiciales, económicas. «Para lograr estas desapariciones sí se requiere una estructura que pueden estar vinculadas a distintos ámbitos del poder, en los casos que trabajamos generalmente están vinculadas a las fuerzas tanto de policías provinciales o federales», había relatado Nóbile.

Dice la jueza Alonso: «Cabe precisar tal como lo hizo el experto, que la búsqueda de restos óseos, no sólo presupone la muerte de la persona buscada (evaluado por los parámetros de la etnografía sumados al el espacio temporal transcurrido), sino también su desaparición involuntaria. Así lo ha referido el Profesor experto cuando dijo: «Entonces en este camino a despejar el hecho a juzgar, de lo primero que debemos estar seguros es que si los rastros físicos de Paula han desaparecido en el espacio y en el tiempo después de aquella noche que sale de su casa, es porque se realizaron esfuerzos enmarcados en conductas lógicamente humanas dirigidos a borrar todo rastro del delito y de ella en este marco circunstancial«.

Un párrafo aparte merece esta situación a la que se llega a esta instancia: La teoría de la fiscalía y de la querella, es que en la desaparición de Paula Perassi estuvieron involucradas más personas, aquellas que fueron llevadas a juicio; es decir: Antonio Darío Díaz, chofer de Strumia quien colabora en el secuestro y en trasladarla a Timbúes donde Mirta Rusñisky le practicó un aborto no consentido. Luego entran en juego los policías; el primero es el ex jefe de la Agrupación Cuerpos, Daniel Adolfo Puyol a quien va a buscar Strumia y presenta ante los padres de Paula como la persona que ayudaría a encontrar a su hija; aunque después y de acuerdo a la hipótesis de la parte acusadora, estuvo involucrado en la desaparición física del cuerpo de la mujer. Luego los policías de la Agrupación de Unidades Especiales Jorge Krenz ( jefe) y de los suboficiales Gabriel Godoy, María José Galtelli y Aldo Gómez fueron quienes colaboraron en el ocultamiento, desviación y falsificación de pruebas. Sin embargo los siete acusados fueron absueltos en dos oportunidades tras el juicio oral, y luego por el Tribunal de Alzada.

«No hay más prueba desgarradora de ello que escuchar a su padre buscar incesantemente sus huesos a lo que podemos sumar, pero esta vez material y traída al proceso, es la información aportadá por lo también declarado por el Antropólogo Juan Nóbile». El experto forense expresó en el juicio oral que había sido convocado para trabajar en una cava en el límite entre Puerto General San Martín y Timbúes en búsqueda de rastros de Paula, quien estaba desaparecida y que un llamado anónimo alertaba que su cuerpo podría estar enterrado allí.

«En otras palabras, habilitada la intervención del Equipo de Antropología Forense, podemos afirmar, sin lugar a dudas, que el caso que nos convoca se desencadena a partir de la existencia real y científicamente demostrada de una persona «desaparecida» y que de acuerdo a los parámetros de interpretación aportados por la Comisión Internacional de Derechos Humanos debe ser considerado que dicha desaparición se llevó a cabo en contra de su voluntad», aseveró Alonso.

«Se tiene como probada la desaparición involuntaria de Paula Perassi y la participación de estructuras colaboracionistas al respecto atento el resultado
actual del hecho, en el cual es de público y notorio que a la fecha -9 años y 2 meses después de lo acontecido-, no se ha podido dar con su paradero».

El análisis del fallo de segunda instancia

El testimonio de Paula a través de los chats con Freijomil se vuelve a analizar en esta instancia por el tribunal donde cobran relevancia al tratarse de diálogos entre la víctima y su amigo ( y el de Strumia) que fueron efectuados antes de su desaparición, por lo tanto espontáneos y lejos de ser manipulados y por ello cobra importancia a la hora de ser evaluado como prueba; como también los perfiles elaborados por las psicólogas sobre la personalidad de Paula Perassi que evidenciaban que los estados de ánimo de la mujer iban variando de acuerdo a como seguía su relación con Strumia.

«Lo expuesto nos lleva a afirmar que, en esas últimas épocas su relación con Strumia cubría una centralidad importante de su vida y la llevaba a pensar en
un futuro con él, abonando a dicha idea, el final que ya había encontrado a su matrimonio con Ortiz de Elguea (este punto esta corroborado por los dichos de
toda la familia y el propio mencionado)… los dichos de la víctima los cuales en el entender de este tribunal gozan de total y absoluta credibilidad frente a la cambiante posición ante el tema que siempre observó el imputado. Recordemos que Strumia niega la relación, luego la acepta, para terminar diciendo en la audiencia de este recurso que Paula le confiaba intimidades y hasta le contó de los problemas con su marido. La absoluta credibilidad que conlleva la voz de Paula ya no está en discusión y en este fallo se corrobora».

Para el tribunal la estrategia de la defensa resultó en algunos pasajes, inverosímil y no probada, además de que fue cambiando a medida de que avanzaba la causa. En cambio, quedó probado por las declaraciones de la ginecóloga Gabriela Gioia durante el juicio, que Paula estaba embarazada fruto de esa relación extramatrimonial con Gabriel Strumia, porque con su esposo Rodolfo Ortiz de Elguea habían dejado de tener relaciones sexuales.

En ese hilo conductor se llega al día previo a la desaparición de Paula, donde queda probado que ambos estuvieron en Rosario por el impacto de las antenas de sus celulares, pero mientras que la mujer le cuenta a Freijomil que iban a ver a una profesional para practicarse un aborto, Strumia señala que ese día efectivamente estaba en Rosario pero para ver un automóvil en una agencia de autos.

Paula le comenta a Freijomil: «amiguis, llegó el dia … si no me ves más por face, es xq pasó lo peor», quien le responde «hey, de qué estás hablando»; siendo que Paula contesta «nos vamos a Rosario hablar con el médico, no_sabes el miedo que tengo amiguis»; siendo que él le pregunta «vas con la bestia», a lo que ella le contesta «siíiiiíiiiiíiiíii». Seguidamente, Freijomil le pregunta «a qué hora te vas»; y ella contesta «en 15 minutos, nos espera a las 3 de la tarde».

Surge de la causa que Paula se arrepiente, desiste del legrado y eso causa la desaprobación de Strumia quien luego de ese día -17/9/11- hasta el día
siguiente deja de contestarle las llamadas, ante lo cual Paula acude a su amigo en común, José Freijomil, y le pide que por favor localice a Strumia, quien no le responde ni recibe las llamadas hasta el día 18/9/11.


«Es así que llegamos al día del desenlace fatal, en el que Paula recibe una llamada desde un telecentro a las 20.46 hs, mediante la cual Strumia, con un poder de seducción y convencimiento marcados, que ostentaba sobre la joven y quien por otro lado había estado desde el día siguiente pendiente de verlo o de
charlar; con un pretexto certero, la hace salir de su casa a las 21.30 hs con el objeto de llevar a cabo su cometido de cualquier forma», mintiéndole a su esposo y nunca más vuelve a aparecer con vida, ni se conoce su destino, ni el de sus restos óseos, situación que se mantiene hasta el día de hoy, con la complicidad de Roxana Michl, quien va plantando pistas falsas para desviar la atención, sabiendo que el teléfono esta intervenido finge una llamada telefónica de una mujer que pedía ayuda, o conduce a su hijo Nicolás a declarar que había visto a Paula en una garita de colectivos en Puerto General San Martín, luego de su desaparición.


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