“El Ministerio de Educación inventa todas las estadísticas. Ya lo hizo con el ausentismo y ahora lo hace con las declaraciones juradas”, expresó el secretario de Sadop Rosario, Martín Lucero.

En la primera jornada de las 48 horas de medidas de fuerza, desde Sadop Rosario cuestionaron la información brindada desde el Ministerio de Educación respecto a las declaraciones juradas realizadas por los docentes: “el acatamiento de la medida de fuerza fue superior al 80 %. Registramos actividad en 24 colegios sobre 114 en la Ciudad de Rosario. Si bien es una cifra de actividad más alta que en las últimas medidas de fuerza, no caben dudas que el paro fue contundente”, afirmó Martín Lucero.

La información dada de manera imprecisa por el propio ministro especula con un porcentaje de docentes que según proyectan completaría el formulario on line y aventura un acatamiento con un 25% de respuestas. De acuerdo a lo expresado por Lucero, “la gestión del Ministro Goity se asienta en la distorsión de datos. Eso hace que tenga un mal diagnóstico de la situación educativa, que se traduce en que no pueda exhibir ningún logro en su cartera. Goity aparece en los medios cuando hay paros docentes o cuando quiere denostarnos con dudosos índices de ausentismo. Quizá eso explique su obsesión con los sindicatos”.

Desde Sadop apelaron a se mire objetivamente lo que se tiene enfrente: “lo que sucedió está expuesto: las escuelas estuvieron cerradas y tanto en Rosario como en Santa Fe las movilizaciones fueron enormes. Lo palpable termina de matar el relato oficial”. Además el dirigente enfatizó en que “a tal punto llega a intención de mostrar y/o falsear cifras que se exigía que el personal de licencia o que no trabaja los miércoles completa las declaraciones. Claramente el falseamiento de los datos se pergeñó en el momento mismo que se mentó el extorsivo sistema: inflar datos y números para poner a circular desde los medios”.

En los días previos a las medidas de fuerza, Sadop Rosario ya había hecho públicas las objeciones al sistema de declaraciones juradas y hoy recargó nuevamente: “es muy falible y fácil de falsificar. Si el personal de la escuela se pone de acuerdo en llenarlo, aunque declaren que trabajaron la escuela pudo estar cerrada. El sistema falló y la escuela estuvo de paro”. Y desafiaron: “No nos cerramos a la posibilidad de que ante este mal uso del sistema de declaraciones juradas, instemos a todos los docentes a completar mañana a la tarde el formulario y decir que fue a dar clases. Eso dejaría claramente expuesto la falsedad de los datos”.

“Si todo el esfuerzo que el Ministerio pone en esta logística lo invirtiera en rearmar la propuesta salarial se daría cuenta rápidamente que podría cuadruplicar los montos. Eso sería explicitar que le interesa poner fin al conflicto docente. Solo falta voluntad política y que el gobernador deje del lado el “caprichito” demagógico del premio por asistencia perfecta. Está claro el conflicto no se terminó por un ensañamiento gubernamental”, concluyó Lucero.