A medida que surgen detalles sobre sus últimos días vivo, se destaca su espíritu activo, a pesar de su frágil estado de salud, en el contexto de las celebraciones de Pascua.

Según la oficina de prensa del Vaticano, uno de sus últimos diálogos estuvo marcado por su agradecimiento a quienes lo cuidaron durante su enfermedad. Su enfermero, Massimiliano Strappetti, nombrado como su asistente sanitario personal en 2022, fue una figura clave en su atención y bienestar. El Papa Francisco había reconocido anteriormente que Strappetti le había “salvado la vida” al sugerirle una operación de colon.

Strappetti estuvo al lado del Papa Francisco durante sus últimos meses, tanto en su internación en el Policlínico Gemelli como en su convalecencia en la Casa Santa Marta. El día de Pascua, el enfermero acompañó al Pontífice durante la ceremonia «Urbi et Orbi». La víspera, ambos visitaron la Basílica de San Pedro para repasar el recorrido que haría en su última aparición pública ante una multitud de aproximadamente 50,000 personas.

Con un evidente temor inicial, el Papa decidió dar una vuelta en papamóvil, gesto que acompañó con un emotivo abrazo a la multitud y a los niños presentes. “Cansado pero feliz”, expresó su gratitud a Strappetti: “Gracias por traerme de vuelta a la plaza”, revelando su deseo de estar en contacto con la gente hasta sus últimos momentos.

Después de esa emotiva jornada, Francisco descansó y cenó tranquilamente. Sin embargo, a las 5:30 del lunes, comenzaron los síntomas de un malestar que derivaría en coma. Aquellos que estuvieron con él en sus últimas horas confirmaron que “no sufrió” y que todo sucedió rápidamente.

Su partida deja un vacío en el mundo, pero su legado de amor, compasión y cercanía con la gente perdurará en la memoria de millones.