La Confederación General del Trabajo (CGT) emitió una advertencia contundente al Gobierno Nacional alertando sobre la posibilidad inminente de un nuevo paro general, en el horizonte argentino. En un contexto de marcada recesión económica y una inflación persistente, la central obrera advirtió sobre un potencial aumento en la conflictividad social si no se atienden las demandas de los trabajadores.

La declaración de la CGT surge como respuesta al fracaso de las negociaciones en el Concejo del Salario donde las partes involucradas no lograron llegar a un consenso sobre el nuevo Salario Mínimo Vital y Móvil, así como los montos de la prestación por desempleo. Este desencuentro ha agudizado las tensiones entre el Gobierno, los empresarios y los sindicatos, exacerbando el malestar en el ámbito laboral.

Uno de los puntos de fricción clave fue la decisión del presidente Milei de no fijar el nuevo salario mínimo por decreto, lo que generó una mayor polarización en el debate y profundizó las discrepancias entre las partes involucradas. En este sentido, la CGT acusó al Gobierno de obstaculizar deliberadamente las conversaciones con los empresarios, en lo que perciben como una estrategia para evitar compromisos concretos en materia salarial.

El último paro realizado por la CGT el 24 de enero pasado marcó un hito, siendo uno de los más rápidos llevados a cabo contra cualquier Gobierno en la historia reciente del país. Este hecho ilustra la creciente insatisfacción de los trabajadores y la urgencia de abordar las demandas pendientes en materia laboral y económica.

Ante este panorama sombrío, se ha advertido sobre un posible incremento en la conflictividad social, especialmente en sectores sensibles como el de la salud. La CGT enfatizó que su advertencia no es un simple gesto, sino un reflejo del profundo malestar y la preocupación generalizada entre los trabajadores por las dificultades económicas y las decisiones gubernamentales que impactan negativamente en sus condiciones de vida.