Por orden fiscal Carlos Ortigoza, el Instituto Médico Legal (IML) ha iniciado una crucial comparación de perfiles genéticos que tiene el potencial de relacionar el reciente caso de Sofía Delgado con el antiguo y sin resolver homicidio de Andrea Portillo, cuyo cuerpo fue hallado el 11 de julio en una zona rural de Ricardone, muy cercana de donde fue también encontrada Sofía cubierta de bolsas de material aislante. Hoy se realizaron cotejos de ADN de los imputados del femicidio de Delgado que poddrían arrojar una luz en la investigación.

El pedido judicial da un paso significativo al ordenar cotejar el ADN de los actuales imputados en el caso, Bevilaqua Delgado Mordini y Bauman con las evidencias físicas (objetos, vestimentas y otros elementos) que fueron incautados durante la pesquisa del crimen de Portillo. El objetivo central es descubrir si ambos hechos comparten un mismo autor o si responden a una metodología criminal similar.

Desde el equipo de abogados que representa a Sofía, los Dres Maderna y Filippini subrayaron que esta medida busca “quebrar la impunidad” y arrojar luz sobre posibles conexiones entre feminicidios que presentan características en común. Para garantizar la total transparencia del proceso, la querella ha designado al abogado Juan Nobile como supervisor oficial dentro del IML.

Ahora, todo depende de los resultados del IML. Una coincidencia genética positiva no solo fortalecería la acusación en el caso de Sofía Delgado, sino que, lo que es más importante, lograría descifrar un crimen que ha permanecido en la sombra durante años, ofreciendo por fin respuestas en el caso de Andrea Portillo.

Portillo, era una trabajadora sexual que desapareció en el mes de marzo. La última vez que se la vio, fue a través de las cámaras de una estación de servicios de San Lorenzo y nunca más se tuvo noticias, hasta que su cuerpo fue hallado en un avanzado estado de descomposición en una zona rural de Ricardone y el Camino de la Cremería.