Facundo Velázquez tenía 20 años y su último domicilio era en barrio Fonavi oeste de San Lorenzo pero hacía más de dos años que no vivía allí, según contaron conocidos del joven que ayer fue hallado muerto en el techo del local de venta de ropa deportiva ubicado sobre Av. San Martín y Dr. Ghío, en horas de la tarde de ayer.

Facundo era uno de los tantos jóvenes que uno suele cruzarse en pleno centro, en la cuadra donde está el banco Galicia, o en el correo, donde varios muchachos se juntan a cuidar coches a cambio de monedas. La hipótesis que manejan los investigadores es que se subió al techo a quitar los cables de un reflector y murió, pero los detalles se sabrán cuando se conozca la autopsia que remita el Instituto Médico Legal.

» Vivió un tiempo en mi casa y un día se fue y no lo vi más» recuerda una amiga quien se mostró muy conmovida por la noticia». Otros conocidos contaban que a Facundo se lo veía en batallas de rap, mientras otros conocidos relataron que se había ido de la casa de su mamá hace años. Los detalles de la interna familiar quedarán en el seno privado de la familia.

El cuerpo de Facundo fue hallado por el propietario del comercio que está pegado al correo cuando subió al techo, es que el olor a putrefacción delataba que algo pasaba allí. Quienes circulaban por la zona relataron que el olor era insoportable y que se sentía en toda la esquina y creyeron que se trataba de algún animal muerto, sin pensar que el cuerpo de Facundo yacía en estado de descomposición quien sabe desde que día. Las altas temperaturas y la lluvia de ayer delataron que algo ocurría en ese techo. Facundo murió solo, abandonado, podrido, y nadie había preguntado por él, ni siquiera denunciaron su desaparición en la comisaría local.

«Triste noticia triste la vida que te toco vivir primo siempre trate de ayudarte con lo poco o mucho que pude pero jamás juzgarte para mucho es fácil juzgar pero difícil estar del lugar del otro todos tenemos errores asta mucho nos quejamos de lleno he incluso yo lo gago cuando tengo que ir a trabajar o que no alcanza para cierta cosas etc estoy seguro que si la vida te hubiera dado una oportunidad de estar bien lo hubieras hechos por la gran familia que había formado descansa en paz», comentó su primo en redes sociales.

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¿Cuántos Facundos existen en ésta ciudad y en tantas ciudades? Jóvenes que deambulan sin contención, sin esperanzas, algunos llegan desde otras localidades, especialmente de Rosario para pedir monedas o vender bolsas o pañuelitos que pocos compran, porque la realidad es que nadie tiene un peso, pero también muchos los ignoran por ese prejuicio y estigmatización hacia quienes se posan en las esquinas de los semáforos con sus hijos para poder tener una moneda y comer.

¿Se pueden salvar los jóvenes y no tan jóvenes que caen en la drogadicción, y que desesperados por su enfermedad buscan dinero a cualquier costo, incluso la vida? ¿Qué otro desenlace sino el de ver pulular a decenas de vendedores ambulantes, cuidadores de coches, mamás con hijos que ruegan por una moneda esperábamos luego de décadas de desigualdad económica y social donde la brecha entre ricos y pobres se agiganta cada vez más?¿ Vamos a seguir mirando para un costado y exclamar como muchos hacen incluso periodistas ¡uno menos!, como si la muerte hiciera justicia a pibes y pibas, a madres y a chicos que nacieron en la pobreza sin condiciones de salir adelante? La meritocracia no existe y es el invento de los que tuvieron siempre un contexto favorable para poder crecer en una sociedad de profundas desigualdades.

Dice el músico Wos en su canción Canguro: «No para de toser, trabajando doce horas, cobra dos monedas al mes pa’ mantener 4 personas
Y no hables de meritocracia, me da gracia, no me jodas
Que sin oportunidades, esa mierda no funciona.

Y no, no hace falta gente que labure más
Hace falta que con menos se pueda vivir en paz
Mándale gas, no te perdás, acordate en dónde estás
Fíjate siempre de qué lado de la mecha te encontrás»