Judiciales

«Si yo hoy le pregunto al juez Filocco va a decir que Paula va a volver, no le dio la gravedad al caso»

Aldo Concepción Gómez había ingresado a la policía santafesina en 2002 por un tío que le aconsejó que podía tener una salida laboral y una beca en la escuela de policía. Para el 2008, y luego que se interesara por la investigación, le habían dado el pase a la Agrupación de Unidades Especiales por pedido del comisario Carlos Ávalos.

El 18 de septiembre de 2011 marcaría una bisagra en la vida del policía, acusado junto a tres colegas ( incluido su jefe) por encubrimiento, destrucción de pruebas, falsedad ideológica e incumplimiento de deberes de funcionario público; en el que comenzó a investigar la desaparición de una mujer de nombre Paula Perassi quien se había retirado de su casa a buscar la tarea de uno de sus hijos y nunca regresó.

Gómez, de 37 años, tuvo su momento de hablar ante el tribunal, luego de que su abogado lo solicitara, para contarle lo que quiere decir desde hace siete años y medio, o al menos su verdad. Porque en esta historia hay más de una posición y la justicia será la que decida cual será la que creerá y cual desechará.

El policía habló durante una hora y media dando un detalle pormenorizado de su historia, desde como llegó a la policía, su trabajo en el caso Perassi, su acercamiento a la religión, y hasta de su casi separación con su esposa, con quien hoy tiene dos hijas, producto de sus ausencias reiteradas por estar abocado a su trabajo policial. También apuntó al juez Eduardo Filocco quien estuvo en la instrucción de la causa, dejando entrever  que era un hombre machista, que no estuvo a la altura del caso-

«En abril de 2015 me llama telefónicamente mi mamá, yo estaba trabajando y me dice llorando que en la radio decían me iban a detener por la causa Perassi. Fui al tribunal y me puse a derecho, el juez Tutau me dijo que la fiscalía había pedido mi detención pero que no tenía base y que lo iba a desestimar». Para Gómez, las marchas por Paula Perassi, los taxistas de la ciudad de San Lorenzo que acompañaron en el reclamo a Alberto, presionaron a la justicia para que el 20 de abril  de 2015 detengan a los policías.

«Me hicieron cuatro imputaciones, el juez dictó falta de merito en tres y luego el sobreseimiento. En la causa Perassi trabajé como en todas las causas, siempre dí lo mejor de mí, fueron 900 fojas, fueron muchas horas de trabajo, de sacrificio de nosotros y de nuestras familias, mucho gasto en comidas, combustible, días sin dormir», recordó el policía.

Gómez señaló que el comisario de la  1º,  Vázquez el 19 de septiembre, lo llamó por una mujer desaparecida y que el habló con Rodolfo Ortiz, el marido de Paula quien le relató que su mujer se había ido a buscar la tarea de los chicos y que no había regresado, y que le pidieron a Ortiz si les podía entregar el Cpu, porque éste había dicho que Paula «estaba todo el día en facebook», para obtener algún tipo de información.

Fruto de esa pericia se descubrió que Paula estaba los últimos días buscando pasajes para localidades como Barrancas, Coronda, Gálvez. También saltó en el buscador palabras o frases de cómo hacerse un aborto, o carta de un niño antes de nacer a su padre: «nos llamaba la atención porque el marido no nos había dicho nada de eso. El 20 de septiembre viene Alberto Perassi diciendo que su amigo había recibido un mensaje en su teléfono de Paula diciendo que no la busquen que estaba en San Juan y Strumia «andaba con una foto de ella», y  permitió que se realizara un peritaje al teléfono. La familia desconocía por ese entonces que Paula tenía otra línea de teléfono», manifestó Gómez.

También contó que realizaron una pericia a una computadora que estaba en el taller de Strumia, en la que Nicolás, el hijo de éste, mantenía conversaciones en facebook con Paula. Además, que en una diligencia consiguieron el teléfono de la ginecóloga de Paula y que esta les contó que tenía datos para brindar a la policía, que confirmarían el embarazo de la mujer.

«La información se la dábamos a diario a  Filocco, no así a Moscetta (el fiscal) que no intervino ni en esta causa ni en ningún otra, por la mañana llamábamos al tribunal y por la tarde a la casa, si había que hacer allanamientos por la tarde, íbamos a la casa del juez», sostuvo.

A medida que transcurrían los días, Gómez relató que recorrieron hoteles alojamiento en localidades como Barrancas, Maciel, Puerto Aragón y en complejos de cabañas en búsqueda de la mujer.

Sobre la acusación de falsedad ideológica, Gómez se defendió diciendo que no firmó un acta en la que el marido de Paula le entregaba el día 21 de septiembre, un listado de llamadas de la empresa de telefonía celular Personal para conocer las llamadas entrantes y salientes del móvil de Paula: «La firmó Galtelli, yo no firmé ese acta al costado pero hay actas que no están firmadas por todos los que intervinieron por cuestiones de trabajo, pero fue un error involuntario, el acta la hice yo y Ortiz me la entregó a mí. Con ese listado encontramos que había muchas llamadas entre Paula y el amigo de Alberto, Gabriel Strumia, a quien localizamos y Godoy lo interrogó».

Un juez arrogante y machista

«El juez Filocco no te recibía nada en mesa de entrada que no estuviera acordado previamente, y cuando pedimos medidas investigativas para conocer más el círculo íntimo de Paula, ante la eventualidad de que haya sido un femicidio o de que haya sido un hecho de violencia en el seno de la pareja, que los niños hayan sido testigos, nosotros pedimos allanar la casa a Paula con luminol,varias veces se lo propusimos al juez, o de realizar una cámara Gessell a los niños, para saber si la habían visto cuando ella salió, porque no tenemos testigos, no teníamos escena del crimen y queríamos analizar el seno familiar de Paula y el Dr. Filocco no nos autorizó», expresó Gómez, quien repitió la desafortunada frase que el juez le diría a Alicia, la mamá de Paula.

«El nos dijo que Paula era una loquita, que se había calentado con un tipo y que cuando le pasara la calentura iba a volver, a nosotros también nos dijo eso y que por eso no podíamos seguir trabajando porque iba a volver», dijo el policía y agregó: «si yo hoy le pregunto al juez Filocco va a decir que va a volver, porque me ha contado diez mil veces historias de personas que han desaparecido y aparecido vivas después. Estoy seguro que si se lo preguntamos, el juez va a decir que está viva porque nunca consideró otra hipótesis, yo creo que no le dio la gravedad del caso, porque no quiero pensar mal».

Gómez contó que el jefe de unidad Marcelo Egido les dio su despacho porque era más amplio que las oficinas de AUE., y porque tenía impresoras nuevas, pero que siempre estuvieron comunicados con el juez. También que la SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado) les entregó un casette con la línea intervenida a la casa de Strumia y que cuando la escuchó había gritos de una mujer pidiendo ayuda: «lo primero que se me vino a la mente es que la tenían encerrada en la casa estos locos y llamé a Filocco a quien se lo hicimos escuchar».

«Dijeron que había destruido el casette, pero yo se lo llevé al juez y busqué todos los medios para hacerlo analizar, ¿cómo iba a destruir algo que buscaba investigar por todos los medios?

Promediando su relato, el policía contó de allanamientos que realizaron en la casa de Luis Freijomill, un amigo de Gabriel Strumia, con quien Paula chateaba vía facebook, y que analizaron cuatrocientas páginas de conversaciones entre ambos, como también de los operativos en los domicilios de Darío Ortiz, donde se secuestró una carta redactada por Paula y Emilio Piedrabuena, amigos de Strumia.

Sobre las numerosas comunicaciones con Strumia, el efectivo policial aseguró que: «tengo comunicaciones vía Nextel y telefónicas que empezaron a partir del 20 cuando secuestramos la computadora, porque el pedía que se la devuelvan. El día 20 Strumia se presentaba abrazado con Perassi; esa vía de comunicación la tuve y cuando los teléfonos estaban intervenidos también las tuve porque siempre fueron por motivos judiciales».

 

 

 

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